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Antes de ser Covirán, la tienda de Rosario Ruiz fue el Amazon de Monachil. Lo mismo vendía productos de matanza caseros y todo tipo de comestibles, que una lámpara para el salón, sábanas y toallas para el ajuar de las novias o pulseras de oro de tiendas de la capital que Rosario llevaba a Monachil, con la ventaja de que a ella los vecinos se la podían comprar luego a plazos.

«Hace años no había tanto coche y yo traía a Monachil todo lo que no se podía conseguir en el pueblo. Iba en autobús a Granada y lo subía con un carrillo de mano. Tenía de todo debajo de aquel mostrador. Joyas, juguetes, sartenes, ropa de niño, ajuares de la tienda de Los Vázquez.. Hacía convenios con negocios de Granada», recuerda Rosario. A sus espléndidos 78 años, la mitad de la cara que deja ver la mascarilla se le ilumina cuando habla de su tienda.

«Mis clientes de Monachil se lo llevaban fiado y yo me adaptaba. He trabajado mucho, me encanta atender a la gente, ha sido mi vida», explica. Aquella primera tienda de veinte metros cuadrados en la que Rosario «tenía de todo» cumplía una auténtica función social en el pueblo. Con los años se transformó en un moderno supermercado Covirán de 175 metros de superficie que con la pandemia, ha vuelto a reivindicarse más que nunca como servicio esencial.

En este Covirán con solera se pueden encontrar los mismos productos que en cualquier gran superficie de otra cadena pero además la morcilla, los chorizos o los salchichones de matanza casera que sigue elaborando tradicionalmente la familia de Rosario. Es la esencia de Covirán, una cooperativa de supermercados que mira al futuro, a la innovación y a la transformación digital pero sin perder sus raíces de tienda de barrio y su arraigo al territorio.

Esa filosofía es la que han querido plasmar en el lema 'Estando cerca, llegamos lejos' con el que Covirán, la granadina Cooperativa Virgen de las Angustias, conmemora en este 2021 su sesenta aniversario. Para celebrar un cumpleaños tan especial, IDEAL reunió a las sagas familiares de dos de los socios más antiguos. La familia del Covirán Rosario de Monachil que representa perfectamente el peso y papel protagonista de las mujeres en la cooperativa y la familia Puente que regenta el supermercado de Plaza Larga, el 'padre' de los coviranes granadinos en el corazón del Albaycín.

Rosario Ruiz en los años Sesenta, en su tienda de Monachil, junto a una sobrina. / Archivo familiar

Dos familias que ponen cara a la actual red de supermercados propiedad de 2.427 socios independientes que trabajan bajo la insignia de Covirán en España y Portugal. La cita para soplar las velas tiene lugar en este Covirán del Albaycín, que lleva a gala ser el más antiguo de Granada y presume de que su dueño, José Luis Puente Gijón, fue uno de los fundadores de la cooperativa hace sesenta años.

Ya jubilado y de merecido descanso en Almuñécar, al frente de la tienda siguen su hijo Alberto Puente, su nuera Pepa y los dos dos hijos de la pareja, Alberto y María José. « Estamos muy orgullosos de que mi padre fuera uno de los fundadores de Covirán. El origen de la tienda es aún más antiguo, la fundó mi abuelo en la postguerra, vendían garbanzos, lentejas y harina, nada más, pero gracias a esta tienda no pasaron hambre como tantos otros vecinos», relata Alberto Puente, hijo de este socio fundador de Covirán.

José Alberto, el nieto del fundador, también recuerda las historias que su abuelo le ha contado sobre aquella primera tienda en la que vendía atún a granel en papel de estraza y prestaba, a peseta, revistas que luego se devolvían. «Ahora cuando entro al barrio con la furgoneta me acuerdo mucho de mi abuelo que subía con burros las cajas de uvas desde Padul».

«En 1961 mi padre se juntó con cuatro amigos con tienda para que les saliera más barato y ese es el germen de Covirán. Siempre recuerda que los inicios de la cooperativa fueron muy duros, que no tenían para pagar, que trabajaban desde las cinco de la mañana hasta la noche y los domingos también, pero que todo merecía la pena. La tienda ha sido la pasión de su vida», cuenta Alberto Puente.

«Él nos lo enseñó todo, para mi es un segundo padre», apunta su mujer Pepa, la nuera del fundador, que es ahora la gerente de la tienda del Albaycín a la que entró con 17 años. «La gente me dice que me parezco a él, físicamente y en que era muy bueno con los números», apunta José Alberto, orgulloso, mostrando la foto del abuelo José Luis de joven, que sigue presidiendo la tienda.

19 de abril de 1961 Nace Covirán

1964 Se adquiere el primer almacén en la calle Pedro Antonio de Alarcón.

1978 La Cooperativa Codemo de Motril se integra en Covirán.

1999 Nacen los productos marca Covirán.

2004 Es el año de la consolidación nacional de la cooperativa

2008 Se pone en marcha el nuevo Concepto Covirán.

2011 Inauguración de la primera plataforma de distribución en Portugal (Aveiro).

2013 Inauguración del primer supermercado accesible, La Ilusión en Granada.

2014 Placa al Mérito al Comercio del Ministerio de Economía.

2015 Medalla de oro de la Diputación de Granada.

2016 Granada de oro del Ayuntamiento de Granada.

2021 Covirán cumple 60 años

«Covirán ha llegado a ser la gran cooperativa que es hoy porque ha tenido gente como mi padre que ha trabajado mucho y que nos han seguido inculcando a las siguientes generaciones esos valores de esfuerzo», resume Alberto Puente.

También Enriqueta, una de las hija de Rosario, del Covirán de Monachil, aprovecha para homenajear a su madre. «Ella es el alma de la tienda y la gente nos sigue preguntando por ella, este año de pandemia la han echado mucho de menos. Mis hermanos y yo hemos aprendido desde pequeños a dar un trato personalizado al cliente, que es lo que nos hace más especiales, junto a nuestros productos de carnicería. ¡Viene gente de toda Granada a comprar la morcilla!», explica Enriqueta, segunda generación en el negocio. «Miro hacia atrás y no se cómo he podido trabajar tanto», suspira Rosario, orgullosa.

Mientras el Covirán de Monachil ha tenido más trabajo y más ventas durante pandemia, el de Plaza Larga lo está pasando mal y echa de menos cada día a sus turistas, pero ambos han superado con creces el reto de tener que adaptarse a esta difícil prueba. Los dos coviranes comparten historias paralelas, las de unas tiendas de más sesenta años de vida que siguen siendo el sostén de la familia, donde trabaja ya la tercera generación y hoy, como entonces, siguen llamando a los clientes por su nombre.